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Crónica de una conferencia de Guerra

Crónica de una conferencia de Guerra

“Las reglas de la guerra y la ética del reportero”, es la primera conferencia de un ciclo de tres charlas, organizadas por la Fundación María Domínguez, sobre “Guerra en Irak: Cinco años después”. Jon Sistiaga ha sido el encargado de la apertura.

 

Jon Sistiaga es reconocido nada más aparecer en la sala. España sufrió junto a él la muerte de su compañero José Couso en Irak. Su perfil es el de un hombre lleno de vida a pesar de ser un cronista de la muerte. No se achanta ante nada, habla sin tapujos de lo que opina sobre las guerras y los periodistas que acuden a ellas.

 

“Yo nunca he tocado un arma, no hay ni un solo artefacto con mis huellas digitales”, afirma con orgullo. Asegura que a él no le gustan las guerras. “Acudo a las guerras porque tiene que haber alguien que las cuente”, explica.

 

La sala guarda silencio. El testimonio es espelúznate, pero por mucho que digan sus palabras y sus ojos llenos de vida, garantiza que “nunca podemos hacernos una idea de lo que es estar allí, porque lo peor es el olor”.

 

Es consciente del riesgo que corre al embarcarse en cobertura de una guerra. “Los periodistas nos hemos convertido en patitos de feria. Los malos saben que si asesinan a uno de nosotros, serán portada en occidente”. Aunque atestigua que lo peor es la impunidad que tienen los verdugos, ya que “nadie responde ante la muerte de un periodista”.

 

Aún así, Jon Sistiaga no se rinde. “Mi trabajo es ir buscando miserables para dejar constancia de sus bajezas”. Cuenta emocionado, con rabia en los ojos, una historia escalofriante de un francotirador en la guerra de Balcanes. “Tuve la oportunidad de entrevistar a un hombre, que se jactaba de matar a dos o tres personas diarias desde su apartamento. Lo peor era que antes de ser un francotirador, entrenaba al equipo de fútbol de un colegio”. Con valentía explica que él ha tenido que hablar con la muerte en muchas ocasiones: “una vez era un sicario, otra vez un jeque líder espiritual de Hamas,  otra un paramilitar irlandés, otra un mercenario americano..” “Todo requiere una dosis de actuación, tienes que “coleguear” con esas personas, aunque en el fondo estés pensando que son unos hijos de p...”, afirma.

 

Para cumplir ese “contrato tácito” con el espectador, Jon Sistiaga reconoce que él no es objetivo, porque “la objetividad no existe”. “Yo cambiaría el término objetividad por honestidad, un periodista tiene que ser honesto y honrado”. Su hoja de ruta es la Declaración de los Derechos Humanos, “hay que preguntarse quién los incumple, e informar al telespectador de ello”.

 

Los ciclos de conferencias continúan el próximo 3 de junio con Olga Rodriguez, cadena Ser,  con “La desintegración de la sociedad iraquí” y el 9 de junio con Gervasio Sánchez, Heraldo de Aragón, con “Irak, cinco años de fracasos”.

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