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SIENTO DEJAR ESTE MUNDO SIN PROBAR PIPAS FACUNDO

Un concierto de altura

Un concierto de altura

En el puerto de Peumallen cualquiera puede soñar despierto porque el mar, la lejanía, las olas, la paz que se respira permiten a sus ciudadanos y a todos aquellos que lo visitan ver la realidad desde un punto nostálgico. Pueden sentarse y observar desde un acantilado el lugar donde el mar y el horizonte se juntan, para caer en cuenta de que todos aquellos recuerdos, que se creían olvidados, están todavía ahí. Ismael Serrano es el anfitrión del pueblo, nos invita a quedarnos y a pasar junto a él unas horas inolvidables. Sentados en una piedra de la costa, los invitados nos dejamos llevar por la melodía de una intensa voz que nos evoca lugares más lejanos que los recuerdos y más intensos que los besos. Todos guardamos silencio porque “si calla el ruido podremos escuchar el agua caer”Se apagan las luces, Ismael aparece en escena. El cantante nos da la bienvenida y nos invita a compartir los Sueños de un Hombre Despierto.

 

Y bien despiertos estuvimos durante todo el concierto, con los sentimientos a flor de piel. Reconociéndonos en cada canción, con miedo a abrir la boca y fastidiar las canciones. Atentos a todos lo versos. Desde el gallinero se veía un Ismael pequeñito, pero que llenaba todo el escenario.

El repertorio se centró en su nuevo disco, pero no faltaron temas ya míticos como Vértigo, la Extraña Pareja o Kilómetro 0. El teatro se puso en pie cuando sonaron los primeros acordes de Papa Cuéntame otra vez....Y más de un asistente se emocionó.

El concierto acabó y tuvimos que abandonar Peumallen con la sensación de haber vivido una gran noche, pero apesadumbrados en parte porque ya nunca podríamos volver a esa playa donde los sueños están al alcance de la mano.

3 comentarios

Diego M -

Yo seré siempre de Ismael Serrano. Mientras existan canciones como "Papá cuéntame otra vez", la música tendrá sentido.

oscar -

Yo hace tiempo que renegué de Ismael...

laurix -

Descubrí a Ismael Serrano hace muchos años por casualidad, como suelen suceder las grandes cosas que pasan inadvertidas hasta que un día te das cuenta de que, con el tiempo, se han incorporado a tu propio patrimonio vital y no podrías sobrevivir sin ellas. Bea es también una de esas cosas y, por lo tanto, el hecho de haberlas podido fundir en una misma noche las convertirá en un recuerdo imborrable.