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SIENTO DEJAR ESTE MUNDO SIN PROBAR PIPAS FACUNDO

Hoy no me puedo levantar

Hoy no me puedo levantar

No hay nada peor que levantarse en un hotel y tener resaca. La incomodidad de sentirte en un lugar frío, en una cama caliente, con dolor de cabeza y sequedad de boca es una sensación poco agradable.

Suena el teléfono. “Recuerde que tiene que abandonar la habitación antes de las 12 de la mañana”La voz de la recepcionista que horas antes había parecido dulce, ahora me martillea la cabeza.

Como puedo, abro por fin los ojos. El reto es incorporarse sin que todo empiece a moverse. Poco a poco. Consigo estabilidad. Una desconocida abre la puerta. De la impresión me mareo. Es la chica que trabaja por dos duros cambiando las sábanas y arreglando las camas del impersonal hotel. Le digo que espere fuera. Que todavía me quedan unos minutos. Le informo: “Recuerde que tengo que abandonar la habitación antes de las 12, y aún quedan 7 minutos para la hora”.

Cierro la puerta. Mi estómago me duele, pero aún así tengo que cumplir un nuevo record guiness. Recoger todo lo que tengo esparcido por la habitación en ya... ¡Seis minutos!

¿Mis zapatillas? ¿Dónde están mis zapatillas? ¡Anda! No tengo conciencia de haber comprado nunca una camiseta amarillo chillón... Contrarreloj, recojo todo lo que puedo. Eso sí, sin orden alguno en mi maleta.

Salgo de la habitación. La chica me mira con desdén mientras llamo al ascensor. Llego a la calle. Son las 12 de la mañana, mi bus a Zaragoza sale a las 20 de la tarde. ¡Qué despropósito!

3 comentarios

Lonia -

En verdad, lo escrito es medio ficción, ya que me levanté a las 9, 30 para ir a la ponencia de la Red del Agua.
No sé si porque la resaca no me dejaba dormir o porque la educación judeocristiana recibida me obliga a ser responsable.
Gracias por no tirar la bonoloto (mírala porque igual tocó)

Ignacio Escolar -

Para la próxima, recuerda que una retirada a tiempo es una victoria. Yo me fui al hotel algo antes y la resaca fue más llevadera; todas hieren, la última mata.

Chic -

Sip, es un despropósito: ¡una camiseta amarillo chillón! A quién se le habrá ocurrido.