Autobuses urbanos
La verdad que ha acabado la Expo y se nota en la frecuencia de autobuses. Por lo menos, ahora es mucho mejor. Las líneas regulares han vuelto a sus horarios preestablecidos. Eso no quita que viajar en autobus vuelva a ser todo una aventura.
El otro día sufrí un accidente dentro del 40. Menos mal que el conductor fue bastante ducto y supo cómo evitar una tragedia mayor. Volvía a casa después de acabar mis prácticas en Heraldo. Iba leyendo sin prestar atención a lo que sucedía. Cuando el autobus llegó a la altura del cruce de Tenor Fleta y la Avenida San José, un coche de unos macubos giró desde el carril de al lado, donde estaba prohibida tal maniobra. El 40 tenía que seguir recto. Así que el bus lo arrolló. Dentro, por lo menos yo, sólo sentí el golpe (por el latigazo en el cuello) y el horrible sonido del choque. Como iba sentada en sentido contrario al de la marcha del vehículo pude ver muy asustada como un 24 venía detrás y, hacía grandes esfuerzos para no empotrarse contra nosotros. Por milagro frenó a unos centímetros.
Miré por la ventana, y un coche tuneado matrícula de Barcelona, ocupado por cuatro macarras, daba vueltas hasta quedarse cruzado muy cerca del macetero que separa los dos sentidos de la Avenida Tenor Fleta. Por suerte, parecían más o menos bien, no como el coche que estaba bastante dañado al igual que el morro del bus urbano.
Con el susto en el cuerpo bajé del autobus, y volví andando a casa.Vaya fin de prácticas
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