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SIENTO DEJAR ESTE MUNDO SIN PROBAR PIPAS FACUNDO

TAPAS

TAPAS  

Ayer noche aprovechando el 13ª concurso de tapas bajé al centro a degustar tan originales pinchos. La verdad que quedamos pronto para evitar las grandes aglomeraciones, sin embargo, fue imposible estar cómodos en cualquier bar. Todos estaban llenos.. qué pocos zaragozanos estaban en casa y eso que hacía un frío tremendísimo.

 

             El Tubo fue nuestro primer destino, ¿dónde sino? La Tasquilla de Pedro ¡stop! Aquí paramos. La verdad que tanta foto de la legión asusta y más si te das la vuelta y descubres como una cabra disecada te observa mientras ingieres un trozo de morcilla... Aún así nos quedamos.

        Pónganos las tapas del concurso!

        –No quedan vales, mozos, pero os las dejo al mismo precio.

        –Venga, muchas gracias.

Y nada a hincarle los dientes a las tapas. Nos sirvieron una croqueta de jamón de jabugo, que no estaba nada mal, pero al fin y al cabo era una croqueta. También tenían una tapa de Borrajas (mis grandes amigas) que estaba muy rica. Era dulce y llevaba unas goticas de anís. Recomendable.

 

            Después decidimos ir rápido al Meli- Melo- bar que ganó el año pasado el concurso. Allí entramos como pudimos y a base de perdones y pequeños empujones logramos hacernos un sitio en la barra. Pedimos también las tapas del concurso. Esta vez con los vales. Uff no nos equivocamos con el bar. La primera tapa era un Buñuelo Mudéjar, kizir, una bola de crujiente de garbanzos y ternasco de Aragón, servida en un cucurucho de papel. Tan original como rica. La segunda tapa nos abrió los ojos de par en par, y el paladar ya ni os cuento... Micuit en sandwitch de Torrija Caramelizada… ¡indescriptible! Para mis compañeros de tapeo, la mejor.

 

             Volvimos hacia el Tubo, por suerte del destino. Dejamos al azar que eligiera por nosotros un bar, y mi dedo cayó sobre el nombre de un bar en la calle Estebanes. El azar se equivocó (me recuerda a una de las escenas iniciales de “El último Rey de Escocia” donde el protagonista elige su destino dándole vueltas a un globo terráqueo y dejando caer su dedo en cualquier parte... ¡Uganda! ¡Qué afortunado!). Bueno volviendo a Europa, fuimos al bar seleccionado y ya no les quedaban vales. Y el “garçon” todo majo él, no nos quiso hacer un barato como el del bar anterior, así que nos fuimos indignados de allí. Intentamos entrar en algún otro garito de la calle Estebanes, pero estaban impracticables. 

 

            Tercera parada: El Fuenclara. Nunca había estado allí. La verdad es un bar que está, pero parece que no existe. Para acceder hay que bajar al inframundo. Y no me arrepiento, muchas veces el infierno es mejor que el cielo... Nos sirvieron dos tapas. Una de ellas era foie con pistacho, pasable. Y la otra... para mí la mejor que probé en toda la noche. Canutillo de morcilla con compota de manzana. Me sorprendió. A ver si gana algún premio.

 

Cuarta parada: Cadillac. Terminamos en ese bar porque a Yen Ling le hizo gracia el nombre. Difícil de pronunciar para una taiwanesa, pero no tanto como intentar decir coca-cola en chino que era algo así como que imposible. El bar está en la calle Verónica, enfrente del Teatro Romano. También estaba lleno. Pedimos nuestras últimas tapas. Unas albóndigas de longaniza en salsa de almendras (creo) y una cosa muy extraña servida en un vaso que sabía a pescado, pero tenía pinta de ser dulce. No me apasionaron ninguna de las dos. Lo que más me gusto del bar fue la conversación con Yen Ling de la que saque varias conclusiones.

           

  1. Nunca viviré en Taiwan. Los trabajadores no tienen vacaciones. Sólo los funcionarios que disponen de siete días al año.
  2. Si aprendo chino, será el simplificado, el que enseñan con alfabeto latino.
  3. ¡Qué malos son los chinos!
 

5 comentarios

Anónimo -

hola de nuevo! sólo decirte que mi blog está mal escrito.ay ay ay...es http://mirespeich.blogspot.com. gracias por linkarme de toas formas!

Mireya -

uffff,que hambre me ha entrado leyendo tu post.Lástima que este año me perdiera los días del concurso por falta de tiempo...xq será? pero el año que viene juro ir porque me has dado mucha envidia!jaja

Rebequita -

Pues yo como no pude asisistir a la degustación el sábado, intenté ir el domingo...Para mi sopresa, no es q hubiera terminado el concurso, sino que medio tubo, por no decir el tubo entero estaba más que cerrado. "Bueno, pues nada...será porque han estado media semana liados con la tapa, vámonos a la urbana"...Volví a sorprenderme a la vez que decepcionarme, también estaba cerrada. Así que, mi noche de degustación culinaria acabó en el maravilloso Lizarrán, donde por un huevo y medio de pinchos nos cobraron 11 euros si no recuerdo mal, precio bastante asequible si lo comparamos con el Dominó, que por dos vinos y dos montaditos me sablaron 8 euros...aunque mereció la pena...mmmm.

Después y para rematar, deboré un brownie en el Laurel Espiritual, lugar donde los bocadillos dejan bastante que desear, sin embargo los postres son de proporciones inmensas y adecuadamente ricos.


En fin, si ayer no engordé 5 kilos ni bien ni mal, porque el que los bares estuvieran cerrados no supuso un problema para mi.

opiloc -

yo también estuve ayer de tapas por el casco. y lo que más me gustó fue el vino que acompañaba a una tapa

oscar -

Según tío Woody, los chinos no miran, sospechan.

Efectivamente, una croqueta siempre será una croqueta. Igual que una borraja, te pongas como te pongas.