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SIENTO DEJAR ESTE MUNDO SIN PROBAR PIPAS FACUNDO

Ciudades

Barcelona

Barcelona

Ayer a primera hora cogía un autobus para ir a Barcelona y de nuevo un gusanillo se movía dentro de mí. Esa sensación se repite cada vez que soy consciente de que estoy a escasos kilometros de distancia de allí. Ir es un peregrinaje que hago varias veces al año, no sé el qué, pero hay algo que me une mental y sentimentalmente a esa ciudad.

Entrar por la diagonal e ir penetrando poco a poco por la cuadricula que cerdá bien diseño años antes. Pasear por sus calles, mirar sus librerías, sus bombonerías. Sólo en Barcelona puedes tomarte un café escuchando una tertulia de abuelitas a tu lado leyendo sus escritos. Sólo en Barcelona dichas abuelas, todas ellas mayores de 80 años, pueden haber formado un grupo literario y sólo allí se puede escuchar la más torridas historias de amor jamás narradas. Sólo en un local de la ciudad condal las mismas señoras discutirán sobre un libro de Capote y criticarán una película de Truffaut...

Pasar las horas deambulando de un barrio a otro, fijandote en la indiosincrasia de cada calle, de cada tienda, de cada esquina, de cada...

Castellano, catalán, inglés, francés, aranés, vietnamita...  disfrutar de una mezcla de lenguajes y costumbres.

La Barcelona blaugrana, la Barcelona en blanco y negro, la Barcelona tricolor, la Barcelona rojinegra, La Barcelona carbón... Todas ellas... son un imán por el que irremediablemente soy seducida.

Ya tengo ganas de volver...¿Quién no se apuntaría?

 

###### La foto pertenece al Barrio del Borne, tomada en la calle Guillem, una calurosa y confusa noche de agosto by me.

Madrid

Madrid  

 

Como casi la mitad de los españoles he sucumbido a la atracción de la capital estos días de puente. Madrid estaba llena. Mareas humanas intentaban abrirse paso por las calles del centro, hacían filas interminables en las administraciones de lotería y compraban compulsivamente en las tiendas de Gran Vía.

 

Una imagen de Madrid: Un vagón de metro. Mujeres leyendo novelas de bolsillo manoseadas y arrugadas. Un joven extranjero con un tablero de parchís en la mano. Una familia multitudinaria agarrada a la barra. Trasbordo en Sol. Un joven matrimonio con pelucas de Elvis y pestañas postizas. Acentos extranjeros intercambiado palabras. Ustedes, Vosotros. El sonido de un acordeón y de una bandeja llena de monedas. Un mendigo errante que pasa el día de vagón en vagón recitando la misma poesía en busca de un una caritativa alma poética. Ventas, La Elipa. Un chino con una bufanda del Real Madrid....

 

Fuera del metro, las gaviotas sobrevuelan la ciudad ajenas a la vida de las profundidades.

Se puede ser pobre, pero no inculto!

Se puede ser pobre, pero no inculto!

Era Agosto y ahí estaba. Cada mañana en el mismo lugar, un cuerpo inerte, rodeado de cajas. Hubiera sido un mendigo más, sino fuera por un pequeño detalle que llamaba la atención de cualquiera. Entre sus cartones y bricks de vino había sitio para la cultura. Al lado de su cabeza, apilaba una serie de libros cuyos nombres nunca llegue a leer. Pasaba por allí todos los días con la esperanza de verlo despierto y quizá de preguntarle que qué leía, pero nunca se movía. El hombre había elegido como residencia los soportales de la plaza de los Vosgos (en uno de esos pisos vivió nuestra Infanta Elena alias la Lista) Un precioso rincón de París donde seguro que la literatura se disfrutaba sobremanera.          

Imaginaba y conjeturaba sobre como había acabado así. A lo mejor leyendo había entrado en un mundo diferente, se había podido evadir del mundo actual, comenzando una nueva vida lejos de lo material, pero cerca de lo abstracto. Puede que alguna obra le hubiera convertido en un Lobo Estepario. La verdad es que no lo sé. Sólo tengo seguro que cuando vuelva a París (que espero que sea pronto) pasearé por los soportales en busca de aquel mendigo y si consigo verlo, le regalaré un libro.